Cartas de Santa Teresa

Eres bienvenido a participar con nosotros en las reuniones. Se realizan por Zoom y nuestro calendario es el que ponemos aquí:

Cartas de Santa Teresa.

Dos miércoles al mes. A las 20.30 horas. Duración: una hora.

Consiste en realizar una lectura previa de un conjunto de cartas que se anuncian aquí. Consiste en realizar un comentario conjunto de participación libre en el que se expresan los detalles que más nos han llamado la atención alrededor de la vida, circunstancias y sucesos que ocupaban los episodios descritos en las cartas.

La próxima reunión será el miércoles 9 de abril y comentaremos las siguientes cuatro cartas:

Cartas 159, 162, 169 y 170.

Te invitamos a leerlas y a participar en la conversación a través de este enlace de Zoom:

https://zoom.us/j/93680816781?pwd=RnZIH2o6JuWpJaNAO18HJCji8NgQMc.1

Clave de acceso (si la solicita): 554332

Un interesante comentario desde Sevilla del padre General Miguel Márquez acerca de la vida de Jerónimo Gracián en este audio.

COMENTARIOS A LAS CARTAS DE SANTA TERESA POR EL PADRE TOMÁS ÁLVAREZ 

3. AL PADRE JERÓNIMO GRACIÁN, 110 CARTAS

Primer año, 1575: 5 cartas

Segundo año, 1576: 24 cartas

Tercer año, 1577: 9 cartas

Cuarto año,  1578: 24 cartas

Quinto año, 1579: 15 cartas

Sexto año, 1580: 10 cartas 

Séptimo año, 1581: 20 cartas

Último año, 1582: 3 cartas

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El carteo con Gracián es capítulo aparte en el epistolario teresiano. A nadie escribió tanto la Santa.  Y nadie como Gracián , se empeñó tan insistentemente en conservar y transmitir sus cartas. Cuando aún no había surgido la idea de poner a salvo el epistolario teresiano,  ya él tenía coleccionado un grueso volumen de autógrafos. “Guardé muchas… tengo de ellas  ( de sus cartas autógrafas ) un libro de tres dedos de alto”, escribía él mismo al primer biógrafo de la Santa, como ya antes hemos recordado. 

Y para defender ese su cartapacio, lo cercó de precauciones y de sigilo.  Trabajo en vano: de aquel tesoro sólo nos ha  llegado  -entre  autógrafos, copias y retazos- 110 piezas. 

De la otra parte del diálogo -cartas de Gracián a la Santa- prácticamente nada: apenas el fragmento de un billete que el lector podrá ver al lado de la carta 116.

Con todo,  no es el número sino la calidad lo que avalora ese tesoro. De nuevo nos encontramos con un filón íntimo del diálogo epistolar teresiano. No inferior al mantenido con el hermano Lorenzo y, como el carteo con éste, entrañablemente hundido en el alma y en la historia de la Santa. 

Estuvo preparado por un somero cruce de escritos perdidos, durante los años 1572 –1575, antes de conocerse los dos. En realidad el carteo comenzó con el encuentro de ambos en Beas: 1575. Gracián tiene 30 años de edad y 5 de sacerdocio.  La Santa, 60 de vida y 13 de fundadora. El encuentro dura varios días. “Nunca tendré mejores días que los que allí tuve” -recuerda Teresa ( c 162,11 ). Ella abre el alma al joven carmelita. Se pone a sus órdenes y, por propia iniciativa, hace voto de obediencia a ultranza. Un voto que no sólo “le fiaba su alma “ , sino que lo corresponsabilizaba de su empresa fundadora.

El carteo brota de ese suceso y lo prolonga. En tres planos: a nivel humano,  profunda intimidad, amor e inteligencia mutuos.  En el plano de la vida interior,  abre un cauce a la comunicación espiritual y mística.  En el campo de la acción, distribución del liderazgo y de las responsabilidades en la empresa de la reforma: “Estamos vuestra paternidad y yo cargados de muy gran cargo, y hemos de dar cuenta a Dios y al mundo “ ( 141, 3 ).

Gracián acepta el voto de la Santa. Y a la vez la autoriza para juzgarlo y criticarlo a él con entera libertad. Decide no actuar sin el asesoramiento de ella. Cuando llegue el caso, le confesará sus escrúpulos de conciencia, sus temores de estar excomulgado por el nuncio Sega, su angustia ante el peligro de ser apresado y torturado . Le envía apuntes sobre su propia vida interior ( 230 y 231 ). Se firma “ su hijo querido “ ( 162, 11 ). Le envía patentes y folios en blanco avalados con su firma de visitador para que ella los llene ( 136, 11 ). Y si llega el caso, le recordará que el prelado es él y a ella le toca obedecer, y que “en lo que toca al mayor servicio de Dios,  entienda Laurencia (la Santa) que aunque ella esté de por medio no se me da nada, que más quiero una hilachita de la honra de mi Jesús y tantico de la mi Virgen María, Señora mía y madre mía de mi alma, que a cien mil Laurencias (Teresas)” ( cf c. 116 ).

En ese clima de intimidad, minado enseguida por el odio y las envidiejas, surge desde las primeras cartas un hecho que da colorido al carteo entre los dos : el recurso a la clave cifrada. La Santa lo mantiene en casi todas sus cartas a Gracián: desde la carta primera hasta la 422. Lo abandona en las siete últimas, cuando el horizonte se ha aclarado. 

El cifrado teresiano se reduce casi exclusivamente a una corta lista de pseudónimos que encubren a los personajes más en vista. Los más necesitados de nombre-disfraz son los dos protagonistas: “Gracián y ella”. No les basta un pseudónimo: en una misma carta Teresa será “ Ángela “ y “Laurencia”; Gracián será “Pablo “, “Eliseo” y  “Joanes “. En torno a los dos se distribuye nombre nuevo a los principales actores: Jesucristo será “Josef”, los dos nuncios Ormaneto y Sega se turnarán con el remoquete de “Matusalén ( Sega será ora “Matusalén “ ora⁵ Gilberto”, el Provincial Carmelita será “Melquisedec”, Fray Juan de la Cruz “Séneca” , Antonio Heredia “ Macario, etc.

Una somera semblanza de Gracián es indispensable para las lecturas de estas cartas. Nacido en Valladolid ( 1545 ), es hijo de uno de los secretarios regios, ,Diego Gracián de  Alderete, y de Doña Juana Dantisco. Tiene varias hermanas carmelitas. Cursa estudios en la Universidad de Alcalá y se ordena sacerdote en 1570. Dos años después toma el hábito en Pastrana, procesando al año siguiente  (1573) y ocupando enseguida puestos de suma responsanilidad en la Reforma: -delegado visitador de los descalzos de Andalucía (1573 ): -visitador de los Carmelitas calzados andaluces (1574); vicario provincial de los descalzos de Castilla y Andalucía  (1575); primer provincial de la  reforma teresiana (1581)

Apenas muerta la Santa en (1582), Gracián comienza un penoso calvario.  Procesado por sus propios sucesores en el gobierno de la Reforma, es expulsado de ella (1592, un año después de la muerte de San Juan de la Cruz )

Va a Roma a defender su causa, y apresado por piratas tunecinos (1593). Dos años de duro cautiverio. Rescatado en 1595, vuelve a Roma y a España, sin conseguir el reingreso en la familia teresiana. Muere en Bruselas el 21 de septiembre de 1614, tras haber visto beatificada a la Madre Teresa (24 abril 1614).

Gracián escribió su autobiografía en la famosa Peregrinación de Anastasio, excelente marcó para la plena comprensión del presente epistolario de la Santa. Ésta trazó su perfilen las Fundaciones c. 23. Y anotó el paso de Gracián por el escenario interior de su vida mística en las Relaciones 39-41 y siguientes.

El carteo entre la Santa y Gracián se extiende desde 1575 hasta 1582. Últimos 7 años de ella: desde el encuentro de ambos en Beas, hasta un mes antes de morir ella. Cartas enviadas desde los cuatro puntos cardinales de la geografía castellana y andaluza recorridos por la mística andariega: Sevilla, Malagón, Toledo, Ávila, Valladolid, Salamanca, Palencia, Soria, Burgos van reflejando las situaciones de alma y de salud física que se suceden en el drama teresiano. Denso diario, hecho de confidencias y reportajes. 

Una serie de trances críticos van jalonando y motivando el carteo. Podemos enumerarlos:

-Primer momento, 1575-1577: Gracián se halla enredado en la visita de los Carmelitas andaluces; cuenta con el apoyo del nuncio papal Ormaneto y del Rey; pero tiene frente a sí la resistencia de los Carmelitas y la oposición del General de la Orden, Rubeo .

-Cambio de escena: Sobreviene la muerte del nuncio papal Ormaneto y llega a Madrid su sucesor Sega ( verano de 1577 ), que crea a Gracián y a la Santa una situación de grave zozobra: prisión de San Juan de la Cruz, calumnias y procesos, incertidumbre de Gracián sobre la persistencia de sus poderes de visitador: 1577- 1578.

-Trance crítico: Gracián es depuesto y castigado con el confinamiento en un convento; durante varios meses se ve obligado a interrumpir su comunicación epistolar con la Madre Teresa: 1578-1579.

-Desenlace: por fin Gracián es rehabilitado, primero como Prior de los Carmelitas  Descalzos de Sevilla ( 19-2-1580 ), y luego como primer provincial de la reformateresiana (1581): son los años 1580-1582

La última carta escrita por la Santa desde Valladolid, durante su postrer viaje de Burgos a Alba, está transita de añoranza y tristeza, porque Gracián se ha alejado camino de Andalucía sin atender a sus requerimientos de presencia.  Con todo, ni eso ni nada logró empañar el amor que ella tuvo a este carmelita, ingenuo y fiel, realizador y humanista, hombre de alma limpia y altos ideales.