
Fuente: OCD IBERICA
El 28 de noviembre de 2025, fecha en la que el Carmelo recuerda el inicio de la Reforma masculina en Duruelo, la familia carmelitana vivió una jornada de especial significatividad. El Padre General, P. Miguel Márquez Calle, OCD, presidió en este pequeño e histórico lugar la Eucaristía de clausura de la Visita Pastoral General, acompañado por el P. Christianus Surinono, definidor general, y por el Padre Provincial, Francisco Sánchez Oreja.
La celebración tuvo lugar en un ambiente de fraternidad, memoria agradecida y renovación interior junto a la comunidad de Duruelo. También participaron numerosos hermanos de la Provincia Ibérica, entre ellos varios religiosos que celebraban sus aniversarios de profesión.
“Volver a lo esencial, al corazón encendido de Dios”
Durante su homilía, el P. General invitó a la Provincia a volver a las raíces, a la frescura, precariedad y audacia de aquel primer Duruelo que encendió la vida de fray Juan de la Cruz, fray Antonio de Jesús y fray José de Cristo. Rememorando la pobreza radical y la oración ardiente de aquellos primeros frailes, subrayó que el reto hoy es mantener viva la llama interior, sin nostalgias que paralicen ni dispersiones que enfríen el corazón.
Retomando unas palabras del Papa Francisco el P. Miguel Márquez afirmó que estamos llamados a vivir la oración frente al eficientismo, a cuidar la presencia, la escucha, el encuentro real, y a construir vínculos sagrados capaces de sostener la vida fraterna.
Invitó a la Provincia a cultivar “la mística de vivir juntos”, una expresión que resonó con fuerza entre los participantes .
Duruelo: memoria viva de un nacimiento humilde
El P. General recordó que el Carmelo no puede entender su presente sin mirar con gratitud a este pequeño rincón donde todo comenzó.
“Muy lejos en años —457—, pero llamados a estar muy cerca del espíritu de simplicidad, fe desnuda y entusiasmo”, afirmó, evocando la vida de oración inagotable del joven Juan de la Cruz y el pacto de silencio con el que él mismo preservó la intimidad de aquellos días: un silencio lleno de amor, de raíz y de entrega .
Recordó también cómo Teresa de Jesús narró con alegría materna y preocupación los comienzos en Duruelo, mientras Juan prefería callar los detalles para quedarse con la esencia espiritual del acontecimiento.
Las lecturas del día resonaron como un programa espiritual para toda la familia carmelitana: “Estad siempre alegres. Permaneced en mi amor. Nada os preocupe. La paz de Dios custodie vuestros corazones”.
Desde esta luz, el P. Márquez exhortó a renovar el “sí” con la misma pasión de aquellos tres primeros frailes, agradeciendo a todos los religiosos y religiosas de la Orden —presentes y ausentes— su entrega oculta, generosa y perseverante.
La celebración concluyó con un profundo agradecimiento del Padre General a la Provincia Ibérica y a todas las comunidades que participaron en la Visita Pastoral.
Fue un momento para reconocer la gracia de la historia, para celebrar la fraternidad vivida en estas semanas y para reavivar la confianza en el futuro del Carmelo Descalzo.
Saludo del Padre General, Miguel Márquez, desde Duruelo
