Fuente: De la Rueca a la Pluma
Queridos hermanos y hermanas de la gran familia del Carmelo, Carmelitas Descalzas, Frailes, Laicos OCDS,
Familias, amigos e Institutos afiliados.
En esta hermosa fiesta de nuestra Madre y Hermana, Santa María del Monte Carmelo, me alegra mucho dirigirme a todos vosotros para felicitaros y dar gracias a Dios por el don de nuestra vocación.
En este día solemne, bajo el manto de María, nos unimos de modo especial a todos los que vivís situaciones de guerra, falta de libertad, peligro, crisis, enfermedad o soledad. También a aquellos que, por diversas circunstancias, habéis dejado la Orden, como institución. María sigue cuidando de cada uno y de cada una allí donde estáis, alumbrando en vosotros siempre un nuevo sí.
En el corazón y las entrañas de María, Stella Maris, se nos regala una aurora de confianza y de futuro inédito. Aprovecho este día para agradecer a todos el entusiasmo y el eco tan bonito que ha recibido el impulso de revitalización mariana, con el que hemos invitado a toda la Orden a renovar nuestra esperanza con María en Jesús. En todo este recorrido nos acompaña la convicción profunda de que María dará a luz el Carmelo que su Hijo está esperando de nosotros. No el Carmelo que nosotros soñamos, añoramos o quisiéramos.
Os escribo esta carta desde Lisieux en la capilla de santa Teresita, junto al rumor del río que recorre la tapia del Carmelo de Teresita. En esta capilla del Ermitage, hay un hermoso y simbólico tabernáculo-sagrario dentro de la silueta de la Virgen de la Sonrisa, justo a la altura de sus entrañas. El Carmelo está en las entrañas de María, como en ese sagrario, como lo estuvo Jesús. Ella nos dará a luz y nos dará la luz. Tengo mucha confianza en esta oración con María, y con san José, en cuyo sueño el Carmelo afronta lo imposible con corazón humilde y audaz. Estos días he orado aquí por todo el Carmelo.
Os comparto la letanía que me brota espontánea dentro. Os invito a completarla con la advocación y experiencia con que María late dentro de vosotros:
Santa María de la Buena Esperanza
María, con la Esperanza en sus entrañas, se pone en camino, peregrina de la fe. Tal vez se trata del mejor icono de la contemplación. María lleva dentro de sí el misterio de un Dios encarnado, que se hace debilidad y vulnerabilidad. Aprisa, con el corazón despierto y enamorado del Dios pequeño e infinito que lleva dentro, camina para servir a su prima Isabel. Desde el inicio los primeros ermitaños expulsados de la Tierra Santa tuvieron que salir, peregrinar, y descubrir el verdadero Monte Carmelo dentro de sí y en cada lugar, en cada presente de la historia. Os invito a dar un paso al frente y no quedarnos en las cenizas del pasado, a avivar el fuego del presente.
Santa María de la Paz desarmada y desarmante
Nuestro Papa León nos ha invitado a cultivar una paz desarmada y desarmante. Nosotros queremos ser ‘descalzos’, desasidos, humildes y perseverantes, y pelear desarmados de nosotros mismos, con pasión, para construir paz, empezando por nuestra propia comunidad, y por las hermanas y hermanos con los que vivimos. Sin esta rendición y descalcez no es posible el diálogo, ni la fraternidad. María legitima y fundamenta en cada uno de nosotros esta Paz, curando las heridas interiores de guerras y batallas pasadas. Solo desarmados y en confianza afrontaremos lo que nos aguarda en adelante.
Santa María de las lágrimas
María despierta en nosotros las lágrimas y el llanto por la injusticia y la guerra, por los conflictos crueles de nuestro tiempo, transformando la justa indignación y la impotencia en lucha por la transformación de nuestro mundo. No es madre que nos deja en la tranquilidad de la indiferencia y de la comodidad apática. Pone fuego y pasión de hermanos que escuchan el grito de los que sufren. María, que nuestro corazón se despierte con el llanto de los afligidos, y nos encienda en pasión por la paz, arriesgando la vida.
Santa María de los puentes
María teje siempre con su maternal presencia un puente entre hermanos, entre pueblos, entre carismas, entre ideas y culturas. En varias ocasiones el Papa nos ha invitado a construir puentes. Puentes que superan la confrontación y son el primer paso de reconciliación y acogida del otro. Un puente construido como metáfora de encuentro que rompe la polarización que crece en nuestro mundo. En el Carmelo, desde los tiempos de Teresa y Juan de la Cruz, nos ronda el peligro de considerarnos en el bando correcto, de tener razón, de juzgar al otro, de creer que poseo la interpretación correcta del carisma… Santa María de los puentes nos evita hundirnos en el agua de nuestra autosuficiencia orgullosa.
Santa María de la vida cotidiana
María, Madre y hermana de los carmelitas, nos educa a la vida contemplativa en lo ordinario y cotidiano de cada día. La mística de lo que no tiene brillo y de lo que no deslumbra. La espiritualidad de las cosas ordinarias, hechas sin deseo de ser vistas o reconocidas. Hacer lo que no trae cuenta, ni será agradecido (Julián Marías). Cultivar la calidez de los detalles y gestos gratuitos, sin esperar recompensa. Cuidar la casa común, pensando en que todos la sientan como su hogar.
Santa María del diálogo y la escucha
María, mujer de la escucha que ausculta la vida que late dentro, mujer de silencios y preguntas, de palabras que brotan del corazón sincero y agradecido, aviva en nosotros el diálogo que se abre a aprender y comprender lo verdadero del otro; enséñanos el diálogo como apertura y descubrimiento, receptividad y parresía (libertad de decir), docilidad y ofrenda.
Santa María del respiro y el descanso
María nos enseña a descansar, a cuidarnos para cuidar de los demás, a respirar y dejarnos respirar, con un ritmo que no es el de la prisa o de la aceleración, sino de la calidad de vida y de presencia. María anima en nosotros el respiro del Espíritu, que acompasa nuestro paso cotidiano y nos ayuda a saborear la vida. Solo descansando podemos trabajar. María nos recuerda el latido de la presencia que nos habita dentro, sin dejarnos caer en la dispersión estresante. Tú nos ayudas a revisar y reorganizar personal y comunitariamente la inercia que no deja beber y saborear el presente.
Santa María del camino en los ‘no caminos’
“Incluso en los desiertos del corazón, brota la frescura de las fuentes” (Roger de Taizé). María es madre de la esperanza en los aparentes finales de la historia, y aguarda en el Sábado Santo de la historia una resurrección sorprendente. En tantos ‘no caminos’ de la vida, María nos lleva de la mano y nos conduce, como a hijos, abriendo caminos que no figuraban en los mapas de los más sabios exploradores. Ella da a luz un camino en la Noche de la historia, una senda en las rutas sin salida y un pozo en los fracasos. Stella Maris. Nos enseñará, también en tantas situaciones de Carmelos en extrema fragilidad y otros que se cierran, a ser semilla que se entierra para, a su tiempo, dar fruto como Dios quiere.
Santa María de la humildad y la audacia
Santa María del Monte Carmelo nos recuerda que solo los humildes son los verdaderos valientes en la aventura de dar la vida. Humildad y valentía. Sencillez y audacia.
Santa María de los brotes invisibles
Ante la amenaza de una mirada negativa del presente, María nos presta su mirada positiva, conocedora del más allá y del después que late en su Hijo, Señor de la historia y del futuro. María señala, en el viejo tronco del Carmelo, los brotes de gracia y de comienzo. Cura nuestra mirada negativa y nos enfrenta con la realidad, sin idealizarla o negarla, mostrándonos, en cada momento, la presencia de Dios que quiere nacer. La fe de María es siempre fecundidad y puerta de esperanza a lo que Dios quiere. Nos invita a bendecir los brotes que ya apuntan en cada persona y en cada comunidad.
Os invito a añadir vuestra letanía, y a invocar juntos a María.
Os presentamos también los resultados de la encuesta que hemos hecho a toda la Orden y que son como una radiografía de nuestro sentir mariano. Agradezco muy de corazón a los hermanos del equipo de Fátima todo el trabajo precioso que han llevado a cabo con tanta ilusión y entusiasmo.
Por último, os anuncio la apertura de un blog mariano, en el que se recogerá todo el dinamismo en torno a la Virgen María y el Carmelo, y que estará disponible a través del enlace https://maristellacarmel.com/ . Contará inicialmente con publicaciones en cinco idiomas, y está prevista la posibilidad de añadir otros si hay voluntarios dispuestos a traducir y editar los contenidos correspondientes.
Muy feliz Solemnidad, queridos hermanos y hermanas. A todos, mi abrazo y bendición.
P. Miguel Márquez Calle OCD
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